Algún texto sobre otras generaciones

Se intentará aquí, un recorrido que se sabe “a priori”, como de elecciones afectivas, personales y, seguramente muy diferente al  que marcaría un manual sobre el tema.

Trazar la evolución de la cultura que vivió esta generación, entre los años de su nacimiento (1929 y 1945, según fuentes) y el 1975, implica un discurso situado, en cualquier caso.

Marcaremos, así, como final de esta narración, el Nobel de Vicente Aleixandre, dos años después de la cotación; dando premio, de este modo, a la labor literaria poética. Tal vez, de la única que puede hablarse como historia cultural que sí ha tenido una cierta continuidad dentro de lo literario.

En general, la impresión que muchos seguramente dirán parcial, es la de ver una narración cortada. Algunos miembros de esta generación del silencio, vivieron sus primeros años en una cultura floreciente en todos los sentidos. La generación del 27, marcará sin duda un comienzo, casi coincidente con la fecha de inicio de nacimiento de este sector poblacional del que hablamos, las vanguardias, también en las artes plásticas; con Picasso, sobre todo, pero también con Miró y, algo más tarde, Tapies, recorren todo este comienzo. El surrealismo de Buñuel y de Dalí. La memoria de esta eclosión, puede ser también que empañe la historia posterior. Sin embargo, parece más verosímil creer que la pauperización extrema que dejó la guerra civil, haya deshecho al completo el entramado cultural, entre el exilio y el silencio.

Pero la que contamos, es una historia que no termina mal. La búsqueda del público hacia contenidos de las artes plásticas, como una necesidad que mostró ser continua, hacía recurrir a las artes aplicadas. La música popular también cubría las carencias de la culta. La poesía era un buen recurso contra la censura, y estas dos menciones; la de las artes aplicadas y la de la poesía, son las que este texto aventura como un comienzo, con el que a poco, se conseguía crear tejido otra vez.

Más tarde, la literatura en prosa, reflejaba la realidad social con piezas como “Historia de una escalera”, “La sombra del ciprés es alargada” y “La colmena”. Hacían volver a creer en una prosa de aquí. Pero era la poética con figuras como Blas de Otero, Gabriel Celaya, José Hierro, y más tarde, dentro de las elecciones afectivas de las que hablábamos, destaco al más callado Claudio Rodríguez, eran quienes daban muestras de una poesía como arte inquebrantable en nuestro país. La aparición del grupo “El paso”, y la creación del Museo Abstracto Español en Cuenca, también marcan un cierto renacimiento.

En todo caso, no es hasta mediados de los ´60, cuando podemos hablar de un tejido cultural consolidado otra vez. La música popular era permeable a las tendencias internacionales del Rock y del Jazz, a través del festival donostiarra. “La verdad sobre el caso Savolta” es, sin duda, indicio de una nueva literatura en prosa local. Tal vez, y sobre todo en artes plásticas confluyendo con la poesía experimental entre otros espacios, en las reuniones del Centro de Cálculo, donde destacaremos la figura de Gómez de Liaño, es donde volveremos a encontrar un arte de verdadera vanguardia otra vez. El “postre final” en este caso, sería el desenlace que marcarían los “Encuentros de Pamplona” en el ’72. Allí, habría que mencionar a otros nombres como a Sempere, al Equipo Crónica, Alexanco o Elena Asins.

En música, el ’71 está marcado por la aparición del disco “Mediterráneo” de Serrat, y la época, por la canción de canta-autor y de protesta; como Raimón o Paco Ibáñez. La nueva prosa, se consolidaba con nuevas figuras añadidas como Delibes, Martín Gaite, o Goytisolo.

Para terminar, aventuraré exponer sobre la idea del silencio, que dio nombre a una poética bien posterior a la de esta época de acotamiento.

Se dice que el soldado que regresa de la guerra es rico en experiencias que contar, y sin embargo, sabemos que en lo que se hace experto es en callar. En muchos casos para revivir las experiencias traumáticas en el recuerdo, algo que Freud explica mucho mejor que yo, desde luego. Al parecer, estas experiencias parecen convertirse en una suerte de refugio ante un presente para el que los excombatientes se muestran necesitados de otro tipo de casco y fusiles.

Este relato también intenta destacar el aspecto en el que tanto la poesía, como la pintura abstracta,  en ocasiones son acusadas de faltas de compromiso. Puede que, lejos de esto, no se trate de otra cosa que de un recomenzar a hablar desde un balbuceo ni comprensible, ni figurativo; pero intencionado. En el espacio entre lo que se dice y lo que se calla.

La lección quizá sea que, en cualquier caso, exista o no una red de alta cultura, ligada a cierto apoyo económico, la necesidad social de contenidos culturales sigue existiendo. En este caso, la vemos suplida por lo que suelen denominarse artes menores o populares, así como por la poesía, que a menudo y a costa exclusivamente de los autores, sigue adelante, fuera de los circuitos de lo que se considera mercancía, y, cabe decir también, y quizá por lo mismo, fuera también habitualmente de lo político.

Enlaces de interés

Fragmento de la película «Canciones para Después de una Guerra» de B. Martín Patino
https://youtu.be/toQrVJIFEzc?t=3658

Banda sonora de la película «Canciones para Después de una Guerra» de B. Martín Patino
https://www.youtube.com/watch?v=aKeOogeyor8

Patricia Esquivias. «Todo lo que no es ración, es agio» 
https://www.museoreinasofia.es/prensa/nota-de-prensa/patricia-esquivias-todo-que-no-es-racion-es-agio

Recursos sobre historia y cultura online

http://ccat.sas.upenn.edu/romance/spanish/219/11sigloxxespana/resumen.html
http://folk.uio.no/jmaria/spania/sigloXX.html

pdf descargable: las industrias culturales y creativas – Dialnet
https://dialnet.unirioja.es › descarga › libro